Es una propiedad gramatical asociada especialmente con el sustantivo, pero que llega a incidir en otro tipo de palabras como los adjetivos y los pronombres. Está determinado por lo que se denomina “morfema de género” y tiene como rasgo fundamental su concordancia con el artículo y con los modificadores de la palabra con que se relaciona. Es de aclarar que desde lo gramatical, los géneros tienen un sentido arbitrario que responde específicamente a circunstancias de la lengua y no necesariamente a situaciones de sexo, que es una propiedad exclusiva de seres vivos.
Respecto al sustantivo, en Español se consideran como masculinos: los terminados en –o (perr-o, amig-o, vient-o; los terminados en –or (amor, dolor, sabor); los terminados en –aje o en –an (viaje, capitán, oleaje); los nombre de ríos, océanos y mares (el Magdalena, el Adriático, el Támesis); los nombres de los colores (el naranja, el amarillo). Aunque la mayoría de sustantivos femeninos terminan en –a, algunos masculinos también presentan esta terminación, por ejemplo los que designan alguna función ejercida por personas de género masculino (el cura), también los griegos terminados en –na (el tema, el problema).
En tanto que se consideran como sustantivos femeninos, como dijimos, la gran mayoría de los terminados en –a, (mesa, casa, reja, cabra, silla); los terminados en –dad, -tad y –ed (libertad, verdad, pared); con algunas excepciones como corazón, son femeninos los terminados en –ción, -sión, -zón, -dez y -iz (canción, decisión, razón, perdiz, honradez); los nombres de enfermedades terminados en –tis, (conjuntivitis, artritis, colitis); la mayor parte de los sustantivos terminados en –e (torre, calle, clase); los nombres de las letras (la eñe – ñ).
De otro lado, se presentan casos de sustantivos con dos géneros, que siendo masculinos y femeninos son invariables. Se da especialmente en los siguientes casos: nombres terminados en –ista (el - la artista, socialista, deportista, guitarrista); nombres terminados en –nte (el - la cantante, amante, estudiante); gentilicios terminados en –í o –ú (el - la iraquí, hindú).
También se dan sustantivos de género ambiguo, es decir que aceptan los dos géneros sin que cambie su significado (el mar o la mar). Mientras que hay otros con los dos géneros pero cambiando de significando (el parte y la parte / el capital y la capital / el frente y la frente). O sustantivos con femenino irregular respecto al masculino (actor-actriz, poeta-poetisa, yerno-nuera, hombre-mujer)
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